Disfunción de la integración sensorial o cuando mienten nuestros sentidos

Disfunción de la integración sensorial ¿Mienten nuestros sentidos? 

¿Mienten nuestros sentidos? Confiamos en ellos pero en ocasiones no consiguen interpretar correctamente la realidad y aparece la disfunción de la integración sensorial.

Hoy día ya se da por hecho que contamos con un sexto sentido. Es el sentido de la ‘postura’ o propiocepción y está directamente vinculado con la sensación de equilibrio y movimiento.

La prociocepción está directamente vinculada con la sensación de equilibrio y movimiento

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Personas WIP | Equipo de redacción
28/10/2021 | Actualizado: 03/03/2023 28/10/2021
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Disfunción de la integración sensorial o cuando mienten nuestros sentidos
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La propiocepción nos ayuda a ubicar las partes de nuestro cuerpo con respecto al espacio: aún con los ojos cerrados sabemos dónde está nuestra mano derecha sin tener que pensarlo.

Facilita que nos sentemos en una posición adecuada, sostener el lápiz o los cubiertos correctamente o calcular las distancias para no chocar.

Trabaja directamente con el sistema vestibular, una red llena de fluido situada dentro del oído interno que coordina los movimientos de ojos y cabeza.

Muchos niños con problemas vestibulares se acuestan en el pupitre, sostienen la cabeza entre las manos y su cuerpo parece debilitado

Los niños que acusan problemas de prociocepción pueden tener problemas de torpezarigidez, o parecer más débiles que otros niños.

No logran sentir las partes de su cuerpo sin mirar. Moverse supone un esfuerzo consciente e, incluso, difícil.

Varios estudios han demostrado que más del 50% de los niños con problemas de aprendizaje muestran signos de disfunción vestibular.

Balanceo propiocepción

LA DISFUNCIÓN DE LA INTEGRACIÓN SENSORIAL

Si la información que recibimos a través de cada sentido nos llegase aislada, nuestro concepto de realidad estaría distorsionado. Lo que nos da una visión fiable del mundo es que funcionen en conjunto. Esa capacidad global es la integración sensorial.

El problema surge cuando procesar y organizar la información que nos remiten los sentidos resulta difícil, entonces podría ser consecuencia de una disfunción de la integración sensorial (SID, por sus siglas en inglés o DIS, siglas en castellano).

Este trastorno es más habitual de lo que podría pensarse aunque a menudo no se identifique a menudo.

Los niños con DIS pueden sufrir de ansiedaddepresiónbaja autoestimaaislamiento social y es posible que se les tache de conducta problemática. Por eso, es importante identificarlos lo antes posible y consultar con un especialista en el tema.

Material para la disfunción de la integración sensorial

SÍNTOMAS DE DIS

Un síntoma que puede delatar la existencia de SID es una reacción ‘contradictoria’ ante algunas situaciones. Por ejemplo, llorar desconsoladamente al aplicársele un producto en la piel pero no sufrir en contacto con superficies duras o rugosas.

‘Los niños con DIS tienen una inteligencia normal’

Un niño que se cohibe fácilmente por los estímulos sensoriales o se aleja de ellos puede padecer DIS. El problema es la facilidad para solaparse con otros trastornos y así, dar lugar a un diagnóstico equivocado.

Son personas que se distraen fácilmente, a las que les cuesta distinguir la información importante de la que debe quedar en segundo plano. En consecuencia, los padres y profesores pueden confundirse tachándoles de niños conflictivos.

Baldosas sensoriales

6 COMPORTAMIENTOS EN EL NIÑO QUE PUEDEN INDICAR DIS

  1. Desorganización
  2. Dificultades para concentrarse en una tarea
  3. Choca dentro de su ambiente
  4. Es torpe, tiene mal equilibrio o tiende a tener accidentes.
  5. Mirar con miedo o de lado cuando se realizan actividades.
  6. Evita experiencias sensoriales (ruidos o luces, por ejemplo)

Conviene consultar un terapeuta ocupacional capacitado en integración sensorial si estas situaciones interfieren en la capacidad de mantener relaciones sociales.

Material DIS

TRATAMIENTO DE LA DISFUNCIÓN DE INTEGRACIÓN SENSORIAL

La terapia ocupacional (OT) puede ser la solución al problema de no poder procesar correctamente la información sensorial y controlar las reacciones ante los estímulos.
El terapeuta diseñará estrategias de autocontrol para, así, evitar la percepción del ambiente como una amenaza o un caos.
Los objetivos generales son mejorar las relaciones sociales del niño, la autoestima y las capacidades sensoriales y motrices.
 El profesional trabajará con padres y maestros para hacer cambios en el ambiente del niño y adaptar sus rutinas.
Patinete

ELEMENTOS DE AYUDA

Existen múltiples herramientas diseñadas para mitigar y aliviar la tensión que provoca la disfunción de la integración sensorial. Habilitar una sala sensorial para el especialista o incluso, encontrar pequeños objetos para la casa:
¡Una intervención temprana puede cambiar su vida!
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